Emi es la kamigakari.
En pocos meses, su vida como mortal terminará y comenzará su nueva existencia como anfitriona humana de una diosa.
Cuidadosamente escondida de aquellos que la destruirían, ha preparado su mente, cuerpo y alma para unirse con la diosa, y ni una sola vez ha dudado de su destino elegido.
Shiro es un yokai, un espíritu de la tierra, un enemigo de la diosa que Emi pronto albergará.
El misterio envuelve cada uno de sus movimientos y sus ojos de rubí brillan con una astucia que ella no puede igualar y no se atreve a confiar.
Pero ella le salvó la vida, y hasta que su deuda esté saldada, él obedecerá sus órdenes, ya sea que ella lo quiera o no.
El día que se encuentran, todo lo que Emi cree se deshace, es arrastrado como la nieve sobre el viento invernal.
Por primera vez, quiere cambiar su destino, pero ¿cómo puede borrar un destino ya labrado en piedra? Contra el poder de los dioses, Shiro es su única esperanza… y esperanza es todo lo que le queda.
DARK TEMPEST
Emi ha dedicado su vida a convertirse en el recipiente perfecto para la diosa Amaterasu, pero la insidiosa traición de otra deidad lo ha cambiado todo. Ahora Amaterasu le ha encargado a Emi una misión urgente: encontrar y liberar a los dioses terrenales antes que la humanidad caiga de rodillas bajo la tiranía divina.
A su lado está Shiro, el misterioso espíritu de un zorro.
Cuando le salvó la vida por primera vez, nunca pudo haberse imaginado que detrás de su astucia y confianza, estaba perdido… su poder atado por una devastadora maldición y sus recuerdos nublados.
Su historia velada, de alguna manera está vinculada a los dioses desaparecidos, pero no puede recordar cómo o por qué.
A medida que su búsqueda los lleva a las oscuras profundidades del reino espiritual, las sombras del pasado de Shiro comienzan a emerger.
Con cada breve despertar de su verdadero ser, ella pierde un poco más de él.
El destino de los cielos y la tierra yacen en sus manos mortales y debe encontrar a los dioses desaparecidos antes que se le agote el tiempo a su mundo… y a Shiro.