miércoles, 13 de mayo de 2020

Inocencia Perdida Teresa Castillo Mendoza


INOCENCIA PERDIDA



“El viento susurra muchas cosas a mi oído.
Muchas son negras, profundas y llena del más incesante dolor. Cierro los ojos y aprieto mi vientre.
Sé que el fruto que ahí se forma me dará la suficiente fuerza para seguir adelante, porque aunque las cosas se ponga mal, y aunque la fuerzas me fallen; sé que no puedo rendirme, no por él.
No por este milagro que sigue creciendo hasta que algún día cubriré de miles de besos.
Intento no llorar mientras me doy vuelta y miro una vez más aquella oscura mansión donde me han robado mi inocencia y toda aquella nobleza que había en mi corazón para marchitarme.
Me voy como una cobarde, sí.
Pero al menos podría salvar la poca dignidad que tengo y ser fuerte para ese nuevo bebé que viene al mundo.

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